Publicado por el Mar 2, 2009 en Noticias prensa |

Dos de cada tres empresas que presentaron concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos) el pasado año en la provincia estaban relacionadas con el sector de la construcción.

Según los datos facilitados a este diario por el secretario del Juzgado de lo Mercantil de Albacete, Sigfrido Mangas, durante el 2008 se presentaron en la provincia 28 concursos de acreedores, de los que 17 estaban relacionados directamente con empresas de la construcción.

Y es que la crisis ha hecho que los concursos de acreedores se hayan prácticamente triplicado en la provincia ya que se ha pasado de los 10 presentados en el 2007 a los 28 de los doce meses siguientes.
La inmensa mayoría de las suspensiones de pagos son voluntarias ante la imposibilidad de hacer frente a los pagos a los acreedores (en cuatro años sólo se han presentado dos tras denuncias de acreedores). Cuando el concurso es voluntario la empresa tiene que presentar un inventario de sus bienes, la memoria, una relación de acreedores y el valor actual de la entidad. Una vez que el juzgado comprueba la insolvencia de la empresa y admite el concurso de acreedores se declaran los administradores concursales (que será uno el pasivo de la empresa es menor de un millón de euros o tres si supera los tres millones).

La mayoría de las veces el administrador concursal comparte funciones con los administradores de la empresa «aunque a veces vemos que es necesario suspenderles de sus funciones», admitió Mangas. El administrador concursal tiene que estudiar la posible viabilidad de la empresa para buscar una posible salida a su situación o determinar si no hay salida y entonces iniciar el procedimiento de liquidación para hacer frente a los pagos para los acreedores.

Aunque el objetivo es intentar siempre buscar la viabilidad de la empresa Mangas reconoce que la inmensa mayoría de las veces «cuando nos llegan las empresas ya están en muy mala situación». De ahí, que la inmensa mayoría de los procesos concursales terminen con la liquidación de la empresa y su cese de actividad. En ocasiones los bienes que tiene la empresa no tienen valor alguno y lo poco que hay se dona a una ONG. Puso como ejemplo una empresa zapatera de Almansa que lo único que tenía eran 400 pares de zapatos «que apenas tenían valor».

Si el 2008 fue malo para las suspensiones de pagos, se prevé que el 2009 sea todavía peor. De hecho, el un informe del Consejo General del Poder Judicial prevé notables aumentos para este año. De hecho, ya en lo que va de año se han presentado diez y en los próximos días se esperan otros «más grandes».

Aunque los concursos de acreedores son lo que más trabajo generan en el Juzgado de lo Mercantil (por lo largo y complejo del procedimiento) los asuntos más numerosos son los monitorios que obedecen a deudas entre particulares o entre empresas. Aquí, la crisis también se nota ya que se han incrementado en torno a un 40% pasando de alrededor de 1.700 a más de 2.400. También el impago de hipotecas llegó a los juzgados en alrededor de 175 casos, más del doble del año anterior.

Fuente: laverdad.es